jueves, 30 de agosto de 2007

El lumazo de la discordia

Ayer vimos, en la protesta nacional convocada por la CUT, cómo al Senador Navarro le dieron, en vivo y en directo para todo el país, un manso ni que lumazo en la nuca que lo dejó viendo elefantes rosados.

Más allá de la legitimidad de la marcha de la CUT, que me parece sumamente discutible, creo que es importante referirse a la participación del honorable Senador Alejandro Navarro en esta marcha.

Primero, el Senador Navarro es un senador de gobierno, y si, como él predica, hay que apoyar al gobierno en las buenas y en las malas y cuadrarse con la presidenta siempre, no correspondía ir a una marcha reprobada por el gobierno a mostrar su linda cara frente a los “trabajadores”.

Segundo ¿qué clase de aserrín prensado tiene el senador en su cabeza como para que se le ocurra ir en primera fila a una marcha en contra del gobierno en donde se anunciaron desmanes y acciones de choque? No puede ser que sea tan limitado como para tirarse de guata al riesgo, más aún siendo un senador de la República, una autoridad nacional, una persona que, pro su relevancia para el actuar del país, debería tender a ayudar de otras formas, y no exponiendo al lumazo de un carabinero que sólo cumple su deber, ni a la molotov de algún niñito anarco-estúpido.

Tercero, ¿cómo un senador, un hombre que se supone estudiado, culto, con posibilidades, elegido por el pueblo por su calidad moral (es el ideal, no lo discutamos…), es tan ingenuo como para ir a una marcha de la CUT? ¿Todavía cree que la CUT es de los trabajadores y para los trabajadores? Bruto, francamente. Caer en las mentiras y engaños del Señor Martínez y de la Señora Rozas es de una ingenuidad que raya en lo pueril. Cómo no son capaces de darse cuenta que la cúpula de la CUT no son sino una sarta de timadores y alborotadores que juegan con la voluntad de la gente más humilde, que se llaman “trabajadores” cuando no le han trabajado jamás un peso a nadie porque viven de la teta de la Concerta, y que más encima muerden las manos que les dan de comer, los empresarios, la mayoría de ellos pequeños, y que algunos de ellos son capaces de hasta privarse del pan en sus mesas para pagar un sueldo digno a sus trabajadores.

La CUT, y esto no es ninguna novedad, no es sino una organización alborotadora que busca crear caos social para que sus desmedidas demandas sean atendidas. No echemos la culpa a los empresarios, echemos la culpa al gobierno, que es el que se ha negado a repartir de forma justa la torta del crecimiento entre todos los chilenos.

Es evidente que la gente tiene todo el derecho a manifestarse, y de la forma más pacífica posible, pero no es aceptable que personas que juegan con la voluntad del pueblo vengan a destruir nuestras ciudades por el hecho de no estar contentos con los empresarios ni con las personas que están en el poder. Para eso Chile es un país destacado por su estado de Derecho (más allá de los que digan algunos aprovechadores), en que las peticiones de la gente son escuchadas de forma clara, se oye la voz del pueblo, pero por los canales sociales que corresponden. No es posible que para hacerse oír, la gente tenga que destruir las cosas. Para eso están los parlamentarios populistas y demagogos como el Señor Navarro (¿ven? son útiles por lo menos), para poner esos temas en el tapete y trabajar junto al gobierno para su resolución.

Pero no, en vez de usar su poder e influencia en el Congreso para discutir los temas como la gente, el matita de arrayán florido se tiene que ir a meter a la protesta, a aparecer en la tele, mojado por el guanaco, llorando por las lacrimógenas, hablando de la violencia de Carabineros, y no de lo problemas que a la gente le interesan. Y el lumazo en la cabeza es un premio, porque así terminó de hacerse famoso, salió por lo menos un minuto en todos los noticieros centrales durante dos días, y después sale mostrando los puntos y pidiendo por favor que no den de baja al pobre paco que le pegó.

Claro que no lo tienen que dar de baja. Al contrario, deberían felicitarlo, porque, primero, le dio otros 15 minutos de fama a Navarro (para variar), y segundo, porque ese lumazo fueron tres puntos buenos, excelentemente bien puesto. ¿Qué tiene que hacer Navarro en una protesta? Debería estar viéndola por la tele o en el Senado discutiendo los temas que son relevantes para el país, como la reforma provisional, el salario ético y todas esas cosas. Pero es aquí donde demuestra el Senador Navarro su vocación popular, quizás demasiada. Le gusta ser el figurón del Congreso, y para eso no tiene ningún empacho para mezclarse con vándalos y con los flojos profesionales de la cúpula de la CUT y salir con la camisa mojada y llorando por las lacrimógenas, con tal de ganarse unos segunditos en la tele.

Senador: Váyase de payaso al Circo de los Tachuelas o al Morandé con Compañía, demás que así alcanza lo que tanto le gusta, la farándula. Y aproveche de cerrar la puerta del Senado por fuera, que el pueblo no quiere a figurines inútiles dentro de la sede legislativa.

domingo, 8 de julio de 2007

Capítulo IV: La gracia


La doctrina luterana da un papel fundamental a la gracia, entendida como la infusión de Dios que opera en los hombres para su conversión y su superación. Yo no comparto este papel, sino que me quedo con la atribución que de ella hace el catolicismo (como no estoy sometido a dogma, a los luteranos les da lo mismo que yo piense así).

La gracia, en la doctrina católica, puede ser operante o cooperante. La gracia operante es aquella infusión espiritual que eleva al hombre por sí mismo, sin que éste haga nada por su parte. Por ejemplo, para los católicos el bautismo es una forma de actuación de la gracia operante, porque sin ningún esfuerzo, el sacramento santifica y eleva al recipiente. Por otra parte, la gracia cooperante es aquella infusión espiritual que debe ser acompañada de la acción del hombre. En términos simples, reacciona sólo cuando hay voluntad del hombre en recibirla. Por ejemplo, para poder recibir la gracia del amor, hay que también hacer un esfuerzo humano por amar.

Para Lutero, la gracia es sólo operante. Ello por una explicación con sentido simple. La doctrina protestante sostiene que el hombre es incapaz de hacer las cosas bien por sí mismo, que es imposible que alcance la perfección, y que todas las buenas cosas que de él emanan son obra de la sola gracia de Dios, porque el hombre es intrínsecamente incapaz. Esta es una doctrina negativista que comprendo, pero no comparto.

Soy más partidario de la noción tomista-aristotélica de la gracia (que Lutero rechazó por el odio infundado y desmesurado que tenía a la escolástica) que de la doctrina más bien patrística que defiende el reformador.

Creo que el hombre es incapaz de alcanzar la perfección, pero igual Cristo le manda “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”: es decir, hay por lo menos un mandato de superación, y que no consta sólo en las Sagradas Escrituras, sino que cruza de forma transversal toda la historia humana. Es de la superación y de la búsqueda de la perfección de donde vienen los avances del hombre. Y de ello no creo que sea posible colegir que la gracia de Dios ha actuado por sí sola en este ámbito, es como decir que todos los científicos, al crear cosas favorables a la humanidad, hayan estado en un éxtasis místico viendo a Dios, cosa que es absurda. Pero que Dios coopera en las buenas obras de los hombres, creo que es un hecho innegable para los cristianos, por lo menos.

Pero lo que más rescato de la doctrina de Lutero, es su punto medio: Su acción y pensamiento en esta materia rescata en el mundo moderno, ante el fenómeno de incredulidad general que aqueja a la sociedad, la idea de que Dios no es un ser ausente, que viva preocupado de sus asuntos y no se acuerde de su creación. Muy por el contrario, es su presencia la que vivifica el actuar del hombre, lo purifica y lo hace agradable y presentable ante sus ojos. Es como si nos pasara dos hojas, una con la prueba y la otra con las respuestas para que rellenemos. Nuestra tarea es rellenar la prueba, pero las respuestas están dadas.

Dios, además de actuar de forma sola en la purificación de las obras humanas, también, a mi parecer, precisa del esfuerzo humano para poder hacer esto. Porque si el hombre no tiene obras que dar, Dios no las puede mejorar. Pero coincido en que el hombre por sí mismo es incapaz de toda obra virtuosa (en términos puros), porque es un ser que tiende a la falla, pero que a la vez aprende de los errores y es perfectible, de modo que es capaz de mejorar, y con creces todo lo que va haciendo en cada paso de su vida.

continuará...

viernes, 6 de julio de 2007

Capítulo III: Justificación por la fe


Creo, sin temor a equivocarme, que el punto más importante de la doctrina de Lutero es la justificación por la fe. El hombre no se santifica por sus buenas obras, sino por tener fe. La fe es un don personal, que nos permite vivir en comunión con Dios, comprenderlo y amarlo. Es la certeza de que Dios existe y está en nuestro camino para ayudarnos, y que al mismo tiempo, nosotros somos instrumentos de su voluntad en este mundo.

Sin embargo, esta no es una fe vacía, como la piensan muchos detractores de la doctrina de Lutero. El poner cara de santo no basta. La fe conlleva mucho más, en especial las obras. Pero la principal diferencia con el catolicismo es que aquí la fe no convive con las obras de salvación, sino que las obras son un producto exclusivo de la fe. La fe es un don primario, que hace que florezcan muchas más cosas. Y entre ellas, están las buenas obras. El que es bueno, es bueno porque tiene fe, porque ve a Dios y a sí mismo en el reflejo de los demás, y los ama como ama a Dios y a sí mismo.

Al mismo tiempo, la fe no es un don privativo. No siempre se nace con la fe. Ella es un músculo, que al igual que el amor, se debe trabajar para que dé abundantes frutos. Ella se entrena con la oración, con las obras, con el contacto personal con Dios, con la contemplación del Creador en la naturaleza. Y a más fe, más obras. Esto es muy importante, porque la fe sin obras es una fe muerta, como dice San Pablo. Y no porque vayan de la mano, sino por una relación causa-efecto: sin obras, no hay fe, la fe está muerta, porque es su verdadera presencia la que genera las buenas obras, que son las que permiten la salvación.

La justificación por la fe es el don que nos ha dado Cristo al morir en la Cruz. Si antes debíamos, además de tener fe, vencer al pecado, Cristo ha completado la segunda tarea por nosotros. Al vencer al pecado con el derramamiento de su sangre, nos ha dejado la tarea fácil, pero que a la vez tiene sus dificultades: creer en Él como el Dios Vivo, como el Hijo del Padre que ha venido a redimirnos. Y ello es difícil, especialmente en un mundo que nos tienta constantemente en sentido contrario, creando hologramas de dioses efímeros en los que centrar nuestra atención, y mostrándonos falsamente que Dios no existe, que es un mero invento del hombre para justificar su esclavitud. Respeto mucho a los que así piensan, pero, en mi caso personal, creo que basta fijarse en la naturaleza para ver que Dios existe. Basta ver el orden como está creado el mundo, la naturaleza de las cosas, la lógica de nuestras vidas, para darse cuenta fehacientemente que hay una orientación natural de todas las cosas hacia un creador, que el mundo no se ha creado solo.

Así las cosas, Dios no nos pide santidad, no nos pide castidad, no nos pide privaciones, no nos pide odiar, no nos pide discriminar: sólo nos pide creer, abrir las puertas de nuestros corazones para que él pueda depositar la semilla de la fe. Y de esta semilla, Él hace crecer frutos de gracia y de buenas obras.

continuará...

jueves, 5 de julio de 2007

Capítulo II: Martín Lutero


Tras un tiempo considerable de aridez espiritual, donde a pesar de ver a Dios en todas las cosas, como siempre ha sido mi filosofía, no encontraba explicación a muchas doctrinas en las que fui educado en el seno de la Iglesia Católica, me encontré con los escritos de Martín Lutero, un misterioso monje agustino que hace casi 500 años se hizo las mismas preguntas que yo.

¿Por qué, si Cristo vino a salvarnos, tenemos que salvarnos nosotros mismos con nuestras obras? ¿O sea, además de haber sido salvado por Jesús, tengo que pagar precios extra por el regalo que se me da? ¿Por qué existe una jerarquía para llegar a Dios? ¿Por qué, si Cristo ha perdonado mis pecados, tengo que confesarme con intermediarios? ¿Por qué, si el matrimonio es un sacramento bendecido por Dios, sus ministros se ven privados de él? ¿Qué de malo hicieron las mujeres que no pueden sacerdotes? ¿Por qué nuestra creencia en Dios debe estar supeditada a una supuesta “revelación” fuera de las Sagradas Escrituras? ¿Por qué, si Dios es uno y omnipotente, tengo que rezar a una pléyade de santos para que me ayuden? ¿Por qué, si el Papa es un hombre como tú o como yo, es infalible? ¿Acaso hay otros seres perfectos aparte de Dios? ¿Por qué, si Dios vino a liberarme con su verdad, debo tener una policía de sotana revisando lo que debo o no debo pensar?

Lutero, en mi humilde opinión, fue un visionario incomprendido. Un monje atribulado por los pesos que la Iglesia le ponía encima, un pensador que vio, de buena fe, una forma de cambiar los excesos de una institución que día a día se alejaba del mensaje que Cristo nos dejó, y se dejaba obnubilar por el brillo de las monedas en sus arcas, haciendo de la religión un gremio más entre todos los trabajos lucrativos que se estilaban en la época, haciendo del sacerdocio una institución sacrosanta, en que sus miembros gozaban de las más altas dignidades, como especies de semidioses infalibles, olvidándose que Cristo los mandó a servir y no a ser servidos.

Así las cosas, este “borracho alemán”, como lo llamó León X, protestó contra lo establecido, y buscó un nuevo orden en que la preeminencia no correspondiera ni al Papa, ni a los cardenales, ni a los sacerdotes, ni a los santos de todas las clases y layas que hay, sino a CRISTO.

Lo que más me impresiona de Lutero es que fue un hombre NORMAL. No era un ser sacrosanto, ni una eminencia en moralidad, ni un ejemplo de ética. Simplemente era un hombre que no estaba satisfecho con las respuestas que el catolicismo le daba y que, al ver que Dios le daba la razón mediante infinidad de signos, decidió buscar sus propias respuestas y compartirlas con el mundo. Y en muchas cosas se equivocó, especialmente porque dejó que su conflicto se politizara y por la ácida crítica que hace de los judíos, dejando a Hitler como un niño de pecho. Y claro que era pecador. Pero que su teología es novedosa, es innegable.

Lutero fue un hombre que luchó hasta el último día de su vida por lo que creía. Fue un verdadero predicador, un hombre que decidió salir a la calle a predicar el mensaje de Cristo sin pedir nada a cambio, un hombre que, sin abandonar las obligaciones que le imponía Dios, también supo satisfacer sus obligaciones terrenales. Se casó con Catalina de Bora (una monja conversa), tuvo cuatro hijos, y fueron una familia muy feliz; tuvo amigos, tomaba, hacia vida social y también ayudaba a los pobres. Amaba la música, y sabía tocar el laúd con pericia, además de cantar como ninguno. No fue en nada distinto a lo que son las personas comunes y corrientes de hoy

continuará...

Capítulo I: Chato del catolicismo


De un tiempo a esta parte he venido experimentando un cambio de pensamiento bastante radical en torno a mis concepciones religiosas, que me ha llevado a alejarme de la Iglesia Católica, con todo el respeto que le tengo, y buscar nuevos caminos en la comprensión de Dios.

La base principal de mi teosofía ha sido y siempre será Cristo. Creo de forma convencida que Cristo es el hijo del Padre, verdadero Dios y verdadero hombre, que se ha acercado voluntariamente al género humano para redimirlo de sus pecados y concederle la gracia de la vida eterna, habiéndose sacrificado por nosotros mediante la muerte en Cruz, regalándonos la gracia de la inmortalidad en su Resurrección y la esperanza de la Vida Eterna en su ascensión a los cielos.

Sin embargo, su mensaje ha sido distorsionado de forma grave durante más de dos milenios. En su nombre se ha guerreado, siendo que vino a dejarnos paz; en su nombre se ha discriminado y alentado la intolerancia, siendo que vino a decirnos que nos amáramos los unos a los otros; en su nombre se han impuesto dogmas inconexos y se ha esclavizado gente, siendo que vino a hacernos libres con la verdad; en su nombre se ha odiado, obviando que su principal mensaje fue el AMOR.

Además, siempre me molestó del Catolicismo (más bien de los católicos) su maleabilidad: decir “yo soy católico” no tiene ninguna importancia, salvo para el censo, en que hay que decirlo para hacer estadísticas. Para el católico promedio no tiene ninguna importancia ser revestido de tal condición, salvo para la primera comunión (en que hay que poner bonito al cabro chico para que los compañeritos no se burlen) y el matrimonio (en que todo tiene que estar casi como si fuera una ceremonia de los premios Oscar). De la misa ni hablar. Es un mero trámite lleno de formulismos poco claros, a la que la mayoría de la gente va porque se lo exigen o porque las culpas internas lo carcomen. Si preguntas “¿por qué eres católico?” es como si les metieras un ají en el poto, no saben que responder, se enredan enteros: “Porque creo en Cristo” (hay que ser tonto para no creer en Jesús, si es un hecho históricamente comprobado que existió); “Porque creo en la Virgen” (ahora la Virgen María es Dios…); “Porque me cae bien el Papa” (no comments…); o el típico “porque me criaron así” (¿voluntad de autodeterminación?). Así no hay religión que valga.

Esa falta de pensamiento y de determinación me enferman, es una necesidad generalizada e ingente de ser dirigidos por una persona superior, que moldee nuestros actos y voluntades en la vida exterior; pero cuando estamos en la privacidad, los mismos católicos se enojan porque no cachan qué cresta es un dogma, porque el Papa les dirige las vidas, porque tienen que ir a Misa, etc… y después dicen que son católicos, “pero a mi manera”. Las pinzas, se es o no se es, y no es pecado no ser católico, cual es el afán de encasillarse…

Otro de los grandes problemas que siempre tuve con la Iglesia Católica es lo que yo llamo (o muchos llaman) la “doctrina de la culpa”. Esa manía del católico de culparse, de flagelarse en el pecado. Todos somos pecadores, y mucho, todos cometemos errores, y no existe quien tenga una vida sin pecado. Pero de ahí a andar torturándose por ser pecador, ir a misa porque me carcome la culpa, una culpa que no tengo, tener que ir a confesarme con un cura igual o más pecador que yo, y que más encima tiene la tupé de mandarme al carajo cuando le digo que me acosté con una mina… o sea, es mucho. Inaceptable. No porque él sea un reprimido sexual tiene que condenarme al infierno por satisfacer mis necesidades biológicas. El pecado es una realidad humana, el que no peca no vive, y hay que aceptarlo. Si uno no se puede culpar por comer (porque o si no se muere), menos se puede culpar por ser pecador, porque si no lo fuera tendría alitas en la espalda y volaría por el cielo tocando arpa con una túnica blanca y cara de marica.

Entiendo que no es culpa del católico mismo, sino de una jerarquía que se ha acostumbrado a mandarlo donde Don Sata cada media hora por cada cosa que dice, piensa o hace. Si la realidad escatológica fuera así, con Jesús en el Cielo se quedarían la Virgen y Pinochet (como él decía, “yo soy un santo…). Además el mismo Cristo nos dijo “el que esté libre de pecado, que lance la primera piedra”, así que el único que tiene derecho a lanzarme la primera piedra y hacerme reconocer mi condición de pecador es Él. Y lo hace frecuentemente. Y como Dios es ubicuo, no necesita hacer delegación de facultades en un cura, que más lo que me reta que lo que me ayuda, para saber mis pecados. Si Dios es atemporal, ya sabe mis pecados antes que los cometa, y si murió para salvarme de mis pecados, ya me los ha perdonado antes que los haya cometido. Y personalmente: no necesito la bendición de nadie para saberme perdonado y querido por Dios.


continuará...

Religión

Me he propuesto escribir una serie de artículos sobre religión, especialmente enfocado en el especial proceso de conversión que estoy viviendo, que me gustaría compartir, en especial para los que están aburridos de llamarse católicos.

Así que dentro de poco voy a ir escribiendo sobre el tema de a pedacitos, para que no sea una cosa larga y tediosa de leer .

miércoles, 13 de junio de 2007

Farándula criminal


Esta semana, la noticia judicial más relevante fue el juicio oral en el caso de la doctora Ivonne Jäger, acusada del delito culposo de parricidio contra su hijo Andrés Vienne Jäger. Ayer se dio a conocer la sentencia en la causa, y la doctora Jäger salió absuelta. El fallo destaca, entre otras cosas, que el sumario hecho por el Servicio de Salud de Puerto Montt, donde se produjeron los hechos materia de la acusación, absolvió a la Doctora Jäger de toda responsabilidad, y atribuyó el deterioro de Andrés Vienne a la negligencia de lo médicos que debieron estar a cargo de la UCI en ese momento; que en la acusación ni en documento alguno de la carpeta de investigación consta el medicamento que supuestamente fue utilizado por la Dra. Para “envenenar” a su hijo, “circunstancia que basta por sí misma para desechar la imputación”, a juicio de los senteciadores; tampoco se logró acreditar ni la acción, ni el resultado típico, ni el nexo causal entre ambas circunstancias, “sino sólo el hecho que la salud del joven se deterioró debido a circunstancias indeterminadas”; y que la deposición hecha por testigos y peritos de la defensa fue del todo coherente para crear la convicción de la inocencia de la Dra. Jäger.

Así las cosas, queda fehacientemente demostrado, por la vía judicial, que la Dra. Jäger no intentó matar a su hijo, hasta el punto que el tribunal no sólo no pudo adquirir la convicción más allá de toda duda razonable de la efectiva verificación del hecho punible, sino que, como dice la sentencia, se creó la convicción de inocencia de la acusada.

Y con bastante razón. Las pruebas fueron insuficientes y las estrategias usadas por la Fiscalía fueron incorrectas, lo que demuestra, más allá de un cierto grado de impericia en las actuaciones de la Fiscalía, que aquí hubo gato encerrado. Ningún fiscal con la mediana diligencia exigida para ejercer tan importante cargo es capaz de formular una acusación sin tener las pruebas básicas suficientes, como la identificación de la sustancia que la imputada usó para el delito (eso se verifica con un simple examen de sangre a la víctima, o con una biopsia). Si no se cumplen estos requisitos, el fiscal siempre tiene las salidas del Art. 249 del CPP letras a) y c), vale decir, la petición de sobreseimiento y la facultad de no perseverar en el procedimiento, que le permiten, o desechar la imputación, o recabar nuevos antecedentes para la acusación, respectivamente.

Luego del revuelo de prensa, y del trato vejatorio que recibió la inocentísima Dra. Jäger, que la marcará para toda su vida (y que no tiene por dónde ser culpable a la luz de las pruebas presentadas por la Fiscalía), creo que es importante destacar dos temas bien peliagudos del nuevo proceso penal: el antejuicio de los medios y el síndrome del “fiscal farandulero”.

La reforma procesal penal establece, como uno de los pilares fundamentales del sistema, la publicidad del proceso, salvo razones graves. Este principio de publicidad de las actuaciones judiciales en el proceso penal permite que los medios tengan amplio acceso tanto a las audiencias como a la carpeta de investigación, ambas públicas salvo resolución judicial o del fiscal en contrario.

Ello acarrea ciertos problemas que no derivan del sistema penal, sino de la sesgada concepción de los periodistas, que todavía creen que están en un proceso inquisitivo, donde los supuestos bajo los que llegaba el inculpado a las instancias finales eran bastante distintos, partiendo porque, en la práctica, el acusado debía probar su inocencia. Ello es distinto en el sistema actual, donde la presunción de inocencia se proyecta tanto como una base del juicio, en el cual se debe romper dicho paradigma con una convicción más allá de toda duda razonable, y, principalmente (y para pesar del morbo periodístico) como regla de trato, vale decir, el imputado tiene derecho a ser tratado, en todo momento y por toda persona, como inocente; la vulneración de este derecho debe llevar inevitablemente a que el juez de garantía, de oficio o a petición de parte, aplique las medidas de cautela de garantías que estime convenientes para blindar la presunción de inocencia a toda costa. Y si no es posible, puede suspender el procedimiento hasta que se reúnan las condiciones.

En base a esto, también podemos decir que hubo una mala actuación del juez de garantía respectivo, que al ver el ataque despiadado al que era sometida la doctora Jäger aún antes de su juicio, debió suspender el procedimiento o tomar las medidas que estimare pertinentes para que la presunción de inocencia fuera respetada (parcialmente lo hizo al forzar la formalización, cosa que explicaré más adelante). Pero peor fue la actuación del Fiscal, que en virtud del principio de objetividad en la investigación debió haber pedido él mismo las medidas tendientes a esta protección, e incluso haber puesto él mismo coto a la prensa para que dejara de husmear en la investigación.

Al contrario, el fiscal a cargo de la causa, el abogado Marcelo Maldonado, apareció en cuanto diario y programa de televisión lo invitaron, hablando en abiertos y duros términos de la causa que llevaba, sin percibir que era él mismo el que estaba faltando tanto a la ética profesional del abogado, al hacer aseveraciones sin ningún asidero, como decir a la prensa que habían sustancias extrañas en el cuerpo de la presunta víctima, sin señalar ni aún en la acusación el resultado de la supuesta pericia; y segundo, al principio de objetividad, por el cual la denuncia debe investigarla de forma íntegra, viendo los elementos de culpa tanto como los elementos de eximición.

Por otra parte, la “variedad e imprecisión” de la acusación del fiscal, de la que acusa la sentencia, se manifiesta durante todo el proceso, partiendo por el hecho que hubo audiencias de cautela de garantías antes de la formalización. Eso, en buenas cuentas, significa que la doctora Jäger estaba siendo pateada en el piso tanto por la prensa como por el fiscal aún antes de saber de qué cresta la estaban acusando. Aún más grave, se allanó su consulta y su casa sin saber por qué se le estaba acusando, y sin ser formalizada. Y nadie le supo informar hasta que la defensa tuvo que “forzar” la formalización con un audiencia de cautela de garantías, porque además el fiscal Maldonado había ordenado el secreto de la investigación. Esa sí que es linda.

Como muy bien ha dicho el diputado Fidel Espinoza, “fue un escándalo cómo se llevó el caso Jäger”. Partiendo por lo antedicho, todo esto parece un tongo muy bien armado por la colusión entre el fiscal Maldonado, Andrés Vienne, la víctima, y la familia del difunto marido de la dra. Jäger, Oscar Vienne. Ello, a mi parecer, queda bien clarito en actuaciones poco claras dentro y fuera del proceso, como fue la perseverancia del Ministerio Público en la acusación más allá del categórico resultado del sumario del SEREMI de Salud de la Región de Los Lagos, que liberó a la doctora de toda responsabilidad; por otra parte, la sorpresiva formalización de la Dra. Jäger, antes del juicio oral, por el presunto delito de parricidio de su marido, en los mismos términos en que supuestamente atacó a su hijo, todo ello con el claro objeto de impresionar a la opinión pública y a los integrantes de la sala encargada de fallar el juicio oral en miras a acreditar indirectamente la conducta de la imputada; y a mayor abundamiento, la situación de su hijo “víctima”, fuertemente influenciado por la familia de su padre, que manifiesta, por lo menos en los medios, un odio fuerte hacia su madre, alegando que ella lo tiene “abandonado”, cosa que quizás es cierta, lo que podría haber influido en la decisión del mismo –cuya “profesión” es hacer piercings (saque sus conclusiones)- de actuar malamente contra su madre en tan graves términos. Evidentemente estuvo mal asesorado.

En lo que sí discrepo con Fidel Espinoza (estos parlamentarios de repente se van al chancho al abordar estos casos) es en su intención de presentar un proyecto para castigar a los fiscales que presenten acusaciones maliciosas. Ello es absolutamente improcedente a mi parecer, por dos razones: Primero, existe la responsabilidad disciplinaria de los fiscales regulada en la Ley del Ministerio Público; y segundo, existen ciertos delitos a los que también están expuestos los fiscales, como el del Art. 211 del CP, denuncia calumniosa, o el 269 ter, ocultamiento de antecedentes por parte del fiscal, tramitándose ambos en el procedimiento especial de querella de capítulos.

Creo que este caso sienta una “jurisprudencia” bastante especial, en dos ámbitos: En primer lugar, son los jueces los que juzgan, no los medios, que deben cumplir su deber de informar sin emitir antejuicios, de modo que la información llegue lo menos contaminada posible a sus destinatarios; y segundo, los fiscales tienen que ser cautelosos aún más que el simple abogado, pues ellos desempeñan una labor de persecución penal pública, debiendo ponderar el hecho que cada una de sus palabras le puede jugar en contra en el futuro, y por lo tanto, deben dejar de lado sus consideraciones personales y sus ansias de figuración (tan propias del ser humano), para ser lo más objetivos y criteriosos que les sea posible, puesto que llevan a cabo una función de repercusión social tremenda, como es la investigación de los delitos, ya que así como algunos se pueden hacer famosos, como el Fiscal Marcelo Maldonado, otros pueden quedar con sus vidas truncadas para siempre por una falsa acusación, como la Dra. Ivonne Jäger.

lunes, 11 de junio de 2007

La mejor vida de los capitalinos gracias al Transantiago


Quien lo diria. Aquel bullado y fracasado proyecto si tiene su lado positivo, pero claramente no es el que las autoridades buscaban con el. Mas aun, a muy a pesar de estas, la gente es hoy en dia mas rica que antes.

Por qué se preguntaran ustedes (o tal vez no pero da lo mismo), qué es lo que hace que los habitantes del populoso Santiago sean mas ricos que antes. Tuve la misma inquietud anoche mientras miraba Tolerancia Cero, y el motivo es el siguiente.

Esta mas que comprobada la cuasi gratuidad del sistema de transporte publico, a traves de las millones de evasiones diarias de sus usuarios, los no pagos, las subidas por la puerta de atras, las tarjetas Bip! que no funcionan o que los lectores dan error, multiples motivos por los cuales el Transantiago a pasado a ser libre para las personas.

Llendo al fondo, esta gratuidad hace que los usuarios se ahorren aproximadamente $20.000 cada mes. Evidentemente, es dinero con el cual no contaban, lo que se transforma en un crecimiento del poder adquisitivo de el pueblo metropolitano.

Lo que hace interesante esto, es que al aumentar el poder adquisitivo de la gente, ella comienza a consumir mas, adquiriendo bienes y servicios que mejoran sus condiciones de vida. Ya no compran 1 kilo de pan, sino que 2; ya no toman agua, sino que pueden comprar jugo, etc. Miles de elementos hacen que esos $20.000 se transformen en una mejoria para muchas familias que nunca pudieron darse "lujos" y que ahora los hace sonreir.

Que va a pasar una vez que se regularice el sistema, y les cobren $500 cada vez que se suban a una micro? Nadie lo sabe. Lo que si se sabe esque es peor que perder ese dinero con el cual contaban mes a mes, sino que van a lograr que nuestra gente vuelva a sentirse pobre.

¿Como solucionar el problema? ¿Como convencer a la gente que ya no podran contar mas con esta mejor calidad de vida? Eso es un problema con el que tendra que lidiar nuestro querido gobierno...Sin duda alguna es algo que deberian haber pensado antes al haber hecho semejante estupidez.

Free Paris?


En mi lectura de prensa de esta tarde, vi una noticia que me llamó mucho la atención: Blogueros de todo el mundo se han unido en una cruzada para que Paris Hilton, la peliteñida heredera del imperio hotelero y niña mimada del jet set hollywoodense, sea liberada de prisión, luego de caer tras las rejas por manejar irresponsablemente en reiteradas oportunidades y sin un licencia de conducir.

Muchos argumentan que la beoda celebridad “no se merece esto”, que “ha dado mucho al planeta” (aparte de la media hora en cada programa de farándula mundial por supuesto), e incluso piden firmas para una carta para el Gobernador Schwarzenegger, apoyando la liberación de la blonda ricachona.

No puedo dejar de reírme de los argumentos para la liberación de esta mujercita, que, a mi parecer, se merece algo más que la cárcel, partiendo por que su papá le dé un buen rosario de cachuchazos para que se dé cuenta de lo que hace. Encuentro totalmente justo que esté en la cárcel pagando por sus culpas a la sociedad. Y después deberían mandarla a un reformatorio, o por último suspenderle la licencia de conducr de por vida. No puede ser que por el hecho de ser heredera de un imperio o dar que hablar a la farándula norteamericana, esté eximida de pagar sus culpas a la sociedad como el resto de los mortales.

Lo que se ha hecho con mandarla a la cárcel es un ejemplo. Primero, es un ejemplo de la dureza legal en EE.UU., que demuestra que todas las personas son iguales ante la ley, y tienen los mismos derechos y obligaciones. Segundo, es un ejemplo para todos esos niñtos mimados que aceleran por las calles de Malibú en autos último modelo regalados por sus multimillonarios padres, para que se pongan las pilas y no hagan leseras. Y aquí en Chile deberíamos hacer lo mismo. Enseñarles a todos esos jóvenes que manejan a temprana edad, a moderar su consumo de alcohol, drogas, etc., mientras conducen.

Es impresionante como en Chile, del total de accidentes de tránsito que podemos ver en los noticiarios, más o menos la mitad son protagonizados por jóvenes conductores, de no más de 25 años, y casi todos ellos en manifiesto estado de ebriedad o bajo efectos de sustancias sicotrópicas e ilegales. Conozco a varios que se han matado en estas trágicas circunstancias. Las penas deberían ser notablemente más severas para las personas que conducen en estas condiciones, y los padres debieran ser más cuidadosos y prudentes al decidir si regalarán un auto a su hijo. Creo que tendría que merecerlo, ser responsable, no tomar, ser prudente. Pero conozco tantos huevones y huevonas que con suerte saben caminar, y ya andan con el poto montado en cuatro ruedas, poniendo en peligro su vida todos los días. Creo que es más sensato que anden en micro, hasta los choferes son menos bestias que estos sujetillos.

Así las cosas, que los amigos y correligionarios de la Hilton no la celebren tanto, lo que hizo ella es una irresponsabilidad del porte de su imperio, puso en riesgo su vida y la de muchas personas que, afortunadamente, no se toparon en su aciago camino.

Y mientras tanto, ojalá pase los 45 días con el bucito naranja y llorando como magdalena en una celda de 2x2, para que se dé cuenta de la barrabasada que hizo y de alguna vez por todas se le aparezca una virgencita (o un fiscal) para que enmiende su torcido rumbo. Y ojalá dejen de molestarla en los programas de farándula, que sólo ver su cara de rica-pero-estúpida me da una diarrea de la puta madre.

Y finalmente, cuando se suban al auto de un amigo, no sólo hay que ver si está tomado o no: hay algunos que hasta sobrios son peligrosos. Basta revisar el historial del sujeto para saber si es un bestia o no. En caso que lo sea, más vale irse en cromi o en taxi. Más vale perder un minuto en la vida… que morir por culpa de un bestia. Y si tú, caro lector, eres el bestia, mejor vende tu auto y guarda la plata para otras cosas, porque no sirves para el mundo de los automovilistas. Crece, madura, y quizás (con suerte) se te pase lo barraco.

viernes, 1 de junio de 2007

Valentina Párraga y el cierre de RCTV

En realidad no quiero parecer monótono con el tema, pero en realidad me ha afectado en lo más profundo de mi alma. Me parece una tiranía, me parece una bajeza, me parece un atropello a la democracia mundial. Y me refiero nada más ni nada que (de nuevo) al cierre de Radio Caracas Televisión. Me afecta su lucha, me afecta la canallada que les han hecho. Y ahora navegando por Internet, me encontré con que siguen luchando. Empezarán pronto a transmitir por cable, y transmiten su noticiario central, todos los días, por YouTube (www.youtube.com/elobservadorenlinea), demostrando su perseverancia en la lucha por la libertad de prensa en Venezuela.

Revisando la página de Internet de RCTV, encontré una carta de la escritora Valentina Párraga, ex guionista de Radio Caracas, que hace una elocuente crítica a la medida del dictador, y realiza una apología soberbia de la lucha de todos los venezolanos por recuperar su libertad.


Valentina Párraga: "Chávez ahora es el villano"

La reconocida escritora Valentina Párraga escribió a Radio Caracas Televisión y al Presidente de la República, el pasado lunes, un día después del cese de nuestras transmisiones. Allí no sólo expresó sus sentimientos para con el canal sino su crítica ante la arbitraria medida. Estas fueron sus palabras:

Anoche (27 de mayo de 2007) cerraron mi Radio Caracas televisión, la mía, la de todos los Venezolanos. Por ella hemos llorado con la impotencia y el dolor ser testigos de una ejecución sin apelaciones.

Radio Caracas Televisión es parte vital de mi pequeña historia. Trabajé ocho felices años en ella. Fue la planta donde se me dio una total libertad de creación para mis telenovelas, y donde disfruté del compañerismo y la calidad profesional de mis amigos en cada uno de los proyectos que emprendimos. Estoy muy orgullosa de pertenecer a esa familia que anoche mostró su dolor ante un cierre injusto, pero sobre todo mostró su dignidad y entereza al mundo entero.

Radio Caracas es mucho más que una postura política. Ella está en nuestro día a día, tan nuestra como la arepa y el café en la mañana.

Nuestro imaginario como país fue moldeado en mucha medida por el canal de Barcenas, y eso es lo que no le perdonan estos "idearios del hombre nuevo".

Anoche desgarraron la memoria nacional, y eso se paga. El Atila nacional y sus hunos quieren acabar con una empresa que ha funcionado bien por 53 años, porque todo lo que funcione bien les refleja en contraste su total ineficiencia…

Cierran RCTV y en su momento si pueden, cerrarán Globovisión porque son los únicos medios audiovisuales que se paran frente al gendarme y sus secuaces para recordarles que están en el poder para servir a un pueblo y hacerlo prosperar, y no para ser servidos y medrar con sus riquezas.

Y en un intento de torpe disimulo, el gobierno forajido pone en lugar de Radio Caracas a otro canal tan depauperado como el actual VTV o los demás canaluchos que ha abierto el comandante para adoctrinarnos con su indigesto pasticho ideológico y un concepto de cultura tan Perezjimenista que no va mas allá de "los chimichimitos".

Mucho mapire y artesanía indigenista, mucha etnología, mucha palabrería hueca y citas históricas, pero poco contenido real que nos haga crecer como pueblo. Y lo más imperdonable: Son aburridos hasta el desmayo y la catatonia.

Anoche creí que moría una era. Pero hoy tengo una extraña sensación de alegría. Un buen presentimiento. Es como el renacer de una esperanza... como si anoche hubiéramos asistido no a una muerte sino al parto de otro tiempo.Y no hay parto sin dolor. En cada época trágica surge un mártir al que hay que sacrificar. Esta vez nos tocó a nosotros, los RCTVistas.

Pero los venezolanos somos un pueblo generoso y justiciero, que se pone siempre del lado del perdedor y el oprimido... y si usted, comandante, no fuera tan amnésico y rencoroso, si no se dejara llevar por las vísceras, hubiera recordado su propia leyenda, y tendría presente que fue en su momento el "héroe redentor" de una era, con su famoso "por ahora".

Comandante, le voy a hablar como lo que soy, una libretista de telenovelas: El "Quítate tú, pa´ponerme yo" que usted hizo con Radio Caracas es una movida tan gruesa que acaba de voltear la clepsidra en su contra y la arena comenzó a caer inexorable. En el argot de las telenovelas acaba usted de traicionar su personaje, y se le reventó su mascara. Ya no es más el protagonista de esta historia. Es el villano... Por lo tanto, no merece usted quedarse con la protagonista, una mestiza hermosa y buena llamada Venezuela. Ella sabrá al final buscar su propio destino feliz y usted tendrá uno de los cuatro finales típicos para los malos de los culebrones: La muerte, la cárcel, la locura o el olvido. Es lo justo. Y de justicia si sabemos los venezolanos, porque crecimos viendo telenovelas...

Valentina Párraga



Fuente: Página Internet Radio Caracas Televisión (www.rctv.net)

Lex Bolocco, o como sacar las castañas con la mano del gato

Luego del escándalo de categoría mundial que se armó después de haber aparecido Cecilia Bolocco, la diva ABC1 chilena, en paños menores primero, y luego como Dios la echó al mundo, amancebada con un italiano con cara de sobregirado, arrumaqueándose en la humilde mejorita de la diva en Miami, además de abrirse un debate sobre si tiene las pechuguitas paradas, o si se le cae el poto, etc., se ha abierto un flanco interesante de discusión: ¿se debe regular más duramente invasiones a la privacidad de esta índole? Porque si hay una cosa clara en todo este tema, es que Ángel Mora, el paparazzo héroe que tomó las tan mentadas fotos, cometió, si no un delito a ojos de la ley chilena, si un acto reprobable, que merece repudio social, por invadir de forma tan flagrante la privacidad de la Sra. Bolocco en su propia casa.

En los últimos días, el debate, además de llegar a todas las mesas de la familia chilena, ha llegado a nuestro siempre Honorable Congreso Nacional, baluarte de la moralidad nacional, donde los siempre honrados parlamentarios se desviven por el bien del país (¿?), y se han acordado del basureo brutal al que ha sido sometida nuestra Chechi.

Así, los siempre brillantes senadores Cantero, Ominami, Pizarro y Girardi (el más brillante de todos, un genio), presentaron una moción que modifica el Artículo 161 A del Código Penal, en el sentido que se apliquen las mismas penas del precepto a quienes registren o difundan conductas íntimas, sean estas realizadas en espacios públicos o privados.

Además de las implicaciones políticas que tiene este proyecto, que bien las sabrán explicar Paulsen, Navia y la Jiles, esto tiene implicaciones jurídicas bien interesantes, que no dejan de pesar.

Primero, a mi gusto, un precepto así formulado es lo más inconstitucional que se pueda imaginar. Basta que lo manden a control al Tribunal Constitucional una vez para que les tiren el proyecto por la cabeza. En mi humilde opinión, se come entera la garantía del Artículo 19 N° 12 de la Constitución Política de la República, vale decir, la libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio…

Creo que eso basta. Y si hay que argumentar más, cabe destacar que la última modificación de la Constitución en 2005 eliminó el inciso 2° del Art. 19 N° 4, referido al derecho a la protección de la vida privada y honra de la persona y la familia. En el hoy derogado inciso se especificaba que la infracción de este precepto por un medio de comunicación social sería constitutiva de delito y bla bla bla. Hoy, este precepto no existe, desapareció en aras de la ampliación de la libertad de prensa. Por tanto, y teniendo a la luz la historia fidedigna de la ley, el constituyente, al eliminar este inciso, quiso que estos actos quedaran fuera de toda sanción, por lo menos los de menor envergadura (ya que aún existe el Art. 161 A del Código Penal y los delitos contemplados en la Ley 19.733 sobre libertades de opinión e información y ejercicio del periodismo).

Así las cosas, el orden jurídico periodístico chileno es bastante liberal, por lo menos en el papel, y una modificación como la que proponen los senadores es incompatible con el entramado más profundo de este sistema legal, lo que se refleja en su constitucionalidad a lo menos dudosa.

Una segunda implicancia, bastante grave, es el concepto de conducta íntima. La intimidad, en el diccionario de la RAE, es la zona espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia. Así las cosas, podemos decir que la intimidad no es un concepto corporal, sino un concepto espiritual, que va en el fuero interno de las personas. Y por tanto, no es dilucidable por el sujeto activo del delito, por lo menos no sin antes hacerle un examen de conciencia a la víctima, cosa que es absurda: y a la vez, es maleable a voluntad por el sujeto pasivo, que es el que determina con total libertad qué es lo que cabe en su ámbito espiritual y qué no. Ello va contra los principios más básicos no sólo de la ciencia penal, sino que de la lógica más elemental. Es ridículo que sea un factor de carácter subjetivo de la víctima, además de desconocido para el sujeto activo, el que determine si una conducta es delito o no. Porque aquí, como bien aparece, la conducta va a ser o no delito según así lo determine la víctima, lo que es absurdo. Es un problema que va más allá de los llamados delitos de sujeto cualificado. O sea, si yo saco una foto afuera de un restaurante, donde sale comiendo una familia, y luego la pongo en una muestra de arte, me puedo ir a la cana, dependiendo de sí andaban en onda popular o de incógnito las víctimas.

Si vemos así la situación, un precepto de esta naturaleza no se sostiene en pie por si mismo. Es ridículo. Y hace llamar la atención, por coyuntura, de la clase de legisladores que tenemos. Está bien claro que para ser legislador no hay que ser abogado ni nada, pero sí hay que tener por lo menos un poquito de lógica, y ni siquiera de la jurídica, sino de la normal. Por eso las últimas leyes son tan malas en redacción y explicación. Con tipos como estos que se entrampan en mugres tan básicas, sus inducciones no resisten ni el más parvulario de los análisis.

Yo, sinceramente, creo, en mi ingenuidad (o agudeza, depende el punto de vista), que nuestros legisladores no son tontos. Ellos sacaron esta discusión por otro punto. La Bolocco les importa un ñafle, sólo la están ocupando de pantalla para el espectáculo. Lo que ellos quieren es aprobar un precepto que no permita la invasión de SUS vidas privadas, y con eso, poder sostener, incluso en lugares públicos, conversaciones sobre sus cochinadas políticas, esas que sí son delitos, sin que nadie pueda delatarlos. Basta ver a los gatusis de campo que promueven el proyecto… Girardi, por favor, la lacra más ladrona y metemano que ha pisado jamás el Congreso Nacional… o sea, no me hagan reír, es de Ripley. Ese tipo es capaz de robarle a su madre. Su epopeya legal me recuerda a los sacerdotes jansenistas de la época de la Restauración, que se instalaban a rezar fuera de las celdas donde se encontraban los condenados a muerte, en las provincias del interior de Francia, para que la gente los viera rezar por el alma del pobre desgraciado e invitarla a la conversión.

Así, lo que nuestros carísimos legisladores hacen es sacar las castañas con la mano del gato, rezando por el alma de la Bolocco, para que la gente los vea preocupados por el problema, y así satisfacer sus propios dividendos políticos con una ley que los protege a ellos de pasadita.

Por mientras tanto, más vale que la Bolocco se defienda sola. Con estos amigos, para qué quiere enemigos.

Y, para los que no sabían, las tomas de Ángel Mora sí son constitutivas de delito en Chile. Basta ver la parte final del inciso primero del Artículo 161 A, capte, grabe, filme o fotografíe imágenes o hechos de carácter privado que se produzcan, realicen, ocurran o existan en recintos particulares o lugares que no sean de libre acceso al público. La doctrina es conteste en que si la foto se toma desde afuera, también cabe en el tipo penal. Por suerte no puede ser juzgado en Chile, porque el delito fue cometido en el extranjero, y no puede ser conocidopor tribunales chilenos en aplicación de los Artículos 5° y 6° del Código Penal. Pero periodistas, cuidado, de repente aparece un avispado que denuncia, y la cana es de 61 días a 5 años, más entre 50 y 500 UTM de multa, o sea, entre palo y medio y quince millones de pesos.

jueves, 31 de mayo de 2007

Homosexualidad y nueva sociedad


La homosexualidad en el mundo es un fenómeno que se ha puesto de moda. Y con ello no quiero decir que el hecho que una persona sea homosexual responda a una moda, sino que me refiero al simple hecho de que hoy se piensa que los homosexuales son ‘top’, que tener un amigo/a homosexual es bien visto, como un signo de tolerancia; que estar a favor del matrimonio gay y de la adopción de niños por parte de parejas homosexuales es un signo de los tiempos, y que se debe aceptar… yo creo sinceramente que eso no es así, y que todo esto no responde más que a un movimiento sostenido del ser humano hacia un hermafroditismo mental bastante lamentable.

Sinceramente no me provocan nada los homosexuales: no me van ni me vienen, su orientación me importa un rábano. Conozco a hombres y mujeres homosexuales que viven su vida de lo más normal, asumiendo su condición de forma normal, sin aspavientos, e incluso con parejas estables. Creo que la orientación sexual de una persona es uno de los parámetros más francamente inadecuados para valorarla como ser humano, por lo que creo que podría ser perfectamente amigo de un homosexual, mientras no se enamore de mí… y no porque me dé asco, si no porque lo que es natural para él no lo es para mí, y ante una divergencia tan trascendental en un plano tan íntimo como es la sexualidad, es difícil que una relación amistosa se desenvuelva de la forma natural en que debe desenvolverse.

Sin embargo, hay cosas de la corriente homosexual moderna que me hastían, e incluso me repulsan sobremanera. Lo primero es la pérdida de la identidad de género. Es lamentable como muchos homosexuales pierden la capacidad de comportarse como hombres o como mujeres respectivamente, lo que los lleva a tener una sexualidad ambigua, indefinida, que hace que sus comportamientos sean, por decirlo menos, reprobables. Los que se operan para cambiar de sexo, está bien, no los incluyo en este grupo, porque simplemente son mujeres que nacieron en cuerpo de hombre y viceversa, el género mental es incompatible con el género físico, y la medicina moderna contempla soluciones a estos casos. Pero me enferman los travestis, que quedan en un limbo sexual indeterminado que los hace ser repulsivos… igualmente las bien conocidas “locas”, que ni siquiera se dignan tener comportamiento de mujer, sino que tienen una mezcla entre histeria, afeminamiento, vacío de cabeza y sobreexcitación hormonal, que da como resultado un comportamiento rayano en lo estúpido que ni siquiera modelos renombrados de estupidez femenina, como Rocío Marengo, Kathy Barriga o Amalia Granata, mujeres reconocidamente imbéciles, son capaces de alcanzar. Son como una especie de híbrido inidentificable, una especie de OVNI humano de comportamientos estereotipadamente predecibles, que hacen que una persona que se identifica con su género, y que tiene una naturaleza definida en cuanto a éste, encuentre que la ambigüedad que secretan estos sujetos sea simplemente repugnante.

Un segundo tema que me hastía hasta el cansancio son las aspiraciones legales del mundo gay. El querer contraer matrimonio y adoptar hijos es un deseo que no alcanzo a comprender. Evidentemente que lo entiendo como una aspiración que es propia del ser humano en virtud de su instinto social, que lo lleva inexorablemente al deseo de la unión perpetua y la procreación. Pero la naturaleza también juega en contra, y a veces es la misma sociedad la que reprime estas conductas. Basta citar el ejemplo de los sacerdotes, monjes y monjas, que renuncian al matrimonio y a la familia para seguir sus vocaciones. No obstante creo que ese es un alto precio a pagar, con el que estoy totalmente en desacuerdo, en especial con el caso de los sacerdotes, creo también que las circunstancias en que se configura el mundo no permiten que los homosexuales aspiren a una institución tan central y sagrada como el matrimonio. Ello, porque el matrimonio, aún, juega un papel central en la formación de la familia, que es el núcleo central de la sociedad. Hoy en absoluto podemos decir que el matrimonio es la única base de la familia, puesto que existe la familia extramatrimonial, eso es innegable. Pero aún podemos decir que es la principal forma de adquirir esta “deuda” que es la familia. Y él ha sido diseñado en base a un hombre y una mujer, no dos hombres, no dos mujeres, no un hombre y muchas mujeres, no una mujer y muchos hombres. Ello, porque uno de sus fines es la procreación, y ella se alcanza sólo con la conjunción de un hombre y una mujer.

Por otra parte, siendo el matrimonio un acto de estado, con una base social, es una muy mala señal el abrir sus efectos a las parejas homosexuales, porque estaríamos igualándolos a una situación moral que no es aceptable, porque si Dios, Alá, Brahma, o la Suprema Razón o como se llame el tío de arriba, creó en todas las especies un macho y una hembra, que al unirse perpetuan su raza, estaríamos dando un reconocimiento natural y legal a una situación antinatural que es la extinción de la raza. Eso iría contra el instinto de supervivencia, dando una señal importante a la sociedad de que no somos perpetuos ni trascendentes como especie. Sé que suena raro, pero es un efecto inconsciente: basta ver la abismante baja de las tasas de natalidad en Europa, que a mi parecer, responde tanto a este factor como a otros bastante más relevantes, como el exceso del trabajo, el hastío vital que lleva a la pérdida de apetito sexual, o la simple opción de las parejas.

Del mismo argumento anterior se puede explicar el porqué los homosexuales no deberian poder adoptar hijos, a lo que se suma otro factor, que hace que sea una situación doblemente antinatural: Además de ser de suyo anormal que dos hombres o dos mujeres sean las figuras paternas de un niño, ya la adopción tiene un contenido contranatura por el hecho de no ser el niño hijo biológico de los padres, como dicta la razón: ello crea un desapego instintivo lógico, puesto que es la lactancia la que une, animalmente, a la madre con su hijo, lo que no es verificable en una adopción, y menos en una adopción por parte de una pareja homosexual, en la que la asignación de los roles educativos y la recepción de estímulos es, por decir lo menos, particular, lo que terminaría crenado graves carencias sociales en los niños, palpables desde la más temprana edad, puesto que al compartir con sus pares se darían inmediatamente cuenta que su situación vital es diferente, lo que crea una frustración en el menor, además del cruel rechazo de sus congéneres.

Creo que la solución para los homosexuales es una unión civil con efectos previsionales y sucesorales, que permita a esas familias no matrimoniales estar aseguradas en caso de cualquier vicisitud con respecto a uno de los convivientes. Si no pueden ser acreedores del matrimonio, por lo menos que el Estado reconozca su situación de facto y la proteja.

Quiero ser enfático en que no rechazo en absoluto a los homosexuales, creo que pueden llegar a ser gente muy valiosa, y eso no depende de su sexualidad, sino de cómo lo criarion sus papis y de las definiciones de su conducta. Lo que sí postulo es que su situación es anormal, ellos son antinaturales. Pero ello no hace sino confirmar la naturaleza del ser humano, “la excepción confirma la regla”, además de constatar en términos bastante palmarios como la evolución humana contempla alternativas que no necesariamente pueden ser consideradas como mutaciones o enfermedades.

Creo que la homosexualidad no es una enfermedad, por un argumento muy simple. Una enfermedad se sufre, no se goza. Y, como dicen por ahí, “no hay maricón arrepentido”. El homosexual, si tiene excitación sexual con personas de su mismo sexo, será raro para los heterosexuales, pero no es enfermo. A él le encanta, y su actividad hormonal constata por él esta sensación. A lo más, es una anomalía, pues se aparta del comportamiento constante del ser humano. Pero de ahí a una enfermedad hay mucho.

Más bien, creo que la homosexualidad va implicada en un factor genético, no imputable a factores hereditarios, sino lo que llamamos vulgarmente una mutación, pero que a mi parecer no alcanza para eso, sino que se erige como una característica genética simplemente, sólo que tiene repercusiones sociales externas más evidentes.

Sería bueno que la sociedad chilena se abriera a una legislación moderna, no promoviendo la homosexualidad, y mucho menos reprimiéndola, sino que aceptándola como un fenómeno natural, que merece toda la protección del Estado en materia de derechos y garantías fundamentales. No podemos evitarla, ni reprimirla, ni controlarla, ni aumentarla, ni disminuirla, pero sí podemos protegerla, darle dignidad a una situación de la que muchos se avergüenzan sin tener por qué.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Ana Carolina


Es difícil encontrar en el ambiente artístico mundial voces tan potentes y desgarradoras como la de Ana Carolina. Su timbre grave es capaz de romper el aire en un sonido atronador, que da a todas sus canciones un brillo y una profundidad difíciles de lograr por cualquier artista experimentado.

La cantante, simplemente, ha hecho furor en Brasil con su estilo nuevo y poderoso, que hace que, en este momento, sea una de las solistas top del momento. Sus influencias, de la talla de Maria Bethânia, Chico Buarque, Alanis Morissette y Björk, además de su estilo irreverente y de gran sensibilidad, hacen que cada disco de Ana Carolina sea una verdadera obra de arte.

Descubierta en 1999 por Luciana de Moraes, hija del poetinha, en solo 15 días firmó un millonario contrato con BMG y grabó su primer disco, “Ana Carolina”, que fue todo un suceso y por el que fue nominada al Grammy Latino, al rescatar clásicos de la música popular brasileña, además de revelarse como una compositora de talento. Luego, en su tercer disco, “Estampado”, se revela definitivamente como una compositora indescriptible, con 13 canciones de su propia autoría, con su fuerte y marcado estilo musical impreso a fuego en ritmos y letras.

Luego de grabar en 2004 con Seu Jorge Vercilo –otro joven representante de la Nueva Música Popular Brasileña- un disco acústico bajo los auspicios de Sony Music, de cuyas filas sale el tema “É isso aí”, exitoso cover de “The Blower’s Daughter” de Damien Rice, Ana Carolina se consagra definitivamente como una figura internacional, siendo catalogada por grandes artistas como la mejor voz viva de Latinoamérica.

A fines de 2006, con su carrera ya consolidada de forma absoluta, y luego de revelarse bisexual, lanza su 6° disco, “Dois Quartos” en que deja salir libremente, toda la insolencia que caracteriza a sus canciones, lo que ha provocado cierto escozor en los sectores más conservadores de Brasil, hablando en ellas sin ningún tapujo de relaciones lésbicas, fantasías eróticas y deseos prohibidos, cosa que la ha convertido en la cantautora que en este momento “la rompe” en Brasil y Portugal.

Creo, y sin temor a equivocarme, que Ana Carolina es la voz más peculiar, talentosa y potente que en años se ha visto en la música latina, hecho que queda constatado de sobra con su éxito, madurez, creatividad y poder en el escenario.


Les dejo, para deleite de los seguidores de la música brasileña, el éxito de Ana Carolina con Seu Jorge “É isso ai”, y su single “Uma Louca Tempestade”, de su álbum “Estampado”.



lunes, 28 de mayo de 2007

Bienvenidos a la dictadura


Después de 52 años de transmisiones, finalmente anoche, luego de todos los intentos por revertir la situación, cerró sus transmisiones Radio Caracas Televisión, el canal de televisión más antiguo de Venezuela, y que en estos días se ha convertido en el emblema de la libertad de prensa mundial luego de su abrupto y arbitrario fin.

Chávez lo hizo de nuevo, y sin morbo alguno, sin respeto ninguno por la democracia y por la libertad de prensa, CERRÓ sin más ni más el canal de televisión. Y digo bien claro cerró, ya que este dictador de siete suelas y sus lacayos han insistido en que no se cerró, sino que no se renovó la concesión. Eso es una falacia socialista para justificar la atrocidad que han cometido. Primero, se aprovechó de una coyuntura temporal, como era el proceso de renovación de concesiones de señales radiofónicas, para acusar a RCTV de “golpista y autoritaria” (buena, el choclo con más granos…), para luego negar la concesión y posteriormente confiscar las antenas de la televisora para instalar un nuevo canal, la Fundación de Televisión Venezolana Social (TVes), donde pretende instalar sus perniciosos contenidos marxistas en los ojos de la gente, sin intermediarios. Y todo ello, porque la línea editorial del canal no se condecía con los objetivos de su pseudorrevolución marxista leninista.

Así las cosas, no nos queda sino constatar, que con este paso, el gobierno de Hugo Chávez ha pasado a constituirse formalmente en una dictadura, sin eufemismos de ninguna especie, pasando ya directamente a la fase 2 de la dictadura tipo, vale decir, suprimir las libertades personales y las garantías inherentes a toda persona humana (la fase 1 fue dejar a su gobierno sin oposición).

Los derechos garantidos por todas las constituciones y tratados internacionales, que además son la manifestación más pura de los derechos naturales que tienen todas las personas por el hecho de ser tales, se manifiestan como un conjunto cohesionado de preceptos protectores de la colectividad tanto como del individuo. De ello se colige que la restricción de uno afecta el ejercicio de todos los demás. La conculcación de la libertad de prensa del caso en comento conduce indefectiblemente a la desaparición de la libertad de información, además de afectar el derecho de propiedad que goza(ba) el canal sobre sus transmisiones, que conculca el derecho mismo en su contenido más profundo, porque con tan arbitraria medida no queda opción para los empresarios venezolanos y extranjeros avecindados en el pais que echarse a temblar y quedarse callados, para no enojar al dictador, que puede expropiar sus empresas si no le gustan sus opiniones o políticas, lo que además coarta la libertad de expresión de todos los venezolanos, que se ven amenazados por las burdas medidas del caudillucho este. Y no se olviden de esto, porque lo que sigue ahora son las multinacionales, porque “se aprovechan de los recursos del pueblo” (!), y después los ricos, “porque se burlan del pueblo con sus comodidades” (!!).

Y por supuesto, aquí en Chile nadie se queja, todos callan, y hasta hay ridículos que lo celebran, como el senador socialista Alejandro Navarro, diciendo que era un canal “golpista y que amenazaba al gobierno”. Honorable senador Navarro, hay dos opciones: a) Ud. es estúpido (bastante probable); o b) A Ud. le paga Chávez (cosa que no me extrañaría a estas alturas). ¿Acaso no se acuerda de lo que fue la conculcación de la libertad de prensa en Chile? Ah claro, difícil, de veras que usted estaba exiliado, tomando sol en alguna playita extranjera mientras eran los que vivían aquí los que se manyaban completitas las prohibiciones y los toques de queda. Lo invito a visitar su mugroso paraíso marxista, para que vea lo que es en verdad, un peladero de pobreza y esclavitud. Su amigui Chávez ha esclavizado a Venezuela.

Pero bueno, siguiendo en la línea de lo que quería comunicar, nadie se ha manifestado claramente respecto a esto. Hoy en la mañana, en la Cooperativa, Camilo Escalona repudió el hecho, pero no fue enfático en llamar a la presidenta y al legislativo a repudiar por escrito los actos arbitrarios de Chávez, que no sólo afectan a su país, sino que a toda Latinoamérica, haciéndola retroceder pasos gigantes en el camino al desarrollo, volviendo a fojas cero todo el esfuerzo llevado a cabo por los gobiernos progresistas del continente luego de la Guerra Fría. La Señora Presidenta tiene el deber moral de manifestarse en contra de estos actos, y más aún toda la Concertación, que se vanagloria y se duele de haber sufrido con lágrimas de dolor las privaciones del Gobierno Militar, y repitiendo una y otra vez que no se las desean a nadie. Ahora lleven eso al papel y aleguen, los chilenos nos merecemos esto: Chile tiene la obligación de llevar este tema a todos los foros internacionales en que participe, para que pueda efectivamente ser un cooperador eficaz en la lucha porque la democracia alcance plenamente a todos los pueblos del orbe. Un país hermano está siendo torturado por un dictador sediento de poder, no nos podemos amilanar ante esto, y se debe hacer causa común con toda América y el mundo para proteger la democracia venezolana.

La OEA, comandada por Insulza, debe endurecer su posición: hay que parar al tirano de una vez por todas, detener esta farsa y devolver a Venezuela al sitial de honor que le corresponde en nuestro continente, que más que nunca se debe destacar en sus valores democráticos para llegar al desarrollo.

En tanto, esperaremos el día en que Radio Caracas Televisión pueda reanudar sus transmisiones en un país libre, donde los derechos de las personas sean efectivamente inalienables y donde se respire la libertad que Simón Bolívar, prócer que se debe revolcar en su tumba cada vez que Chávez lo nombra, soñó y quiso para Sudamérica.

jueves, 10 de mayo de 2007

Esto no da para más


Así de fuertes fueron las palabras de la presidenta de la Democracia Cristiana, la senadora Soledad Alvear. Y así de dura es la realidad. Después de 17 años de gobierno, asistimos al principio del fin de la Concertación. Somos testigos privilegiados de un fenómeno sociopolítico que se da muy esporádicamente: el descalabro con bombos y platillos de una coalición política, un terremoto que cambia la estructura partidista de nuestro sistema político.

Este descalabro, a mi parecer, tiene distintas causas identificables:

- Desaparición de un objetivo común: Ya no existe, entre los partidos de la Concertación, un “target” identificable donde atacar, donde poder descargar la mierda interna que se va generando. No es malo generar mierda, lo malo es no dejarla salir. Y eso se nota. Ya no hay un Pinochet para echarle la culpa de las cosas. Ya no es la derecha la que está haciendo las cosas mal, sino que es el propio gobierno de la Sra. Bachelet el que está dejando mal parado a toda la coalición, mientras sus enemigos no pueden menos que fortalecerse con la falta de objetivos de la Concertación. Así las cosas, hay una mitad de la Concertación que se quedó pegada en el pasado, y que se dedica a atacar al antiguo pinochetismo (que en la política chilena pesa menos que un paquete de cabritas), y otra mitad que cerró el capítulo con la muerte del caballero, dando definitivamente por cerrada la transición a la democracia.

- Baja en la popularidad del gobierno: Para qué andamos con cosas. La Bachelet no lo ha hecho como esperábamos, y han sido más sus descalabros que sus aciertos, con lo que le pasa la cuenta a la Concertación, que se ve, por primera vez en su historia, dividida entre prestarle ropa a la mandataria o hacerla puré. Y ambos grupos se van al porcino. Los que prestan ropa, se ciegan para no ver las cosas malas que pasan y se justifican echándole la culpa a la derecha o a algún despistado que ande por ahí; y los que critican, se van en picada contra el gobierno, clavando el cuchillo por la espalda, cuando lo que corresponde es que critiquen de forma constructiva y ayuden a la consecución de los proyectos gubernamentales, que es lo mejor para todos los chilenos, de derecha y de izquierda. En suma, todos salen damnificados en la Concerta con los descalabros de la Bachelet, unos porque pierden credibilidad, otros porque se vuelven inquisidores no correspondidos.

- La falta de íconos creíbles e identificables por la ciudadanía: A la Concertación se le acabó la gente. No tiene ningún cheque a fecha, ningún as bajo la manga, ninguna figura que aúne fuerzas a su alrededor, como sí lo tiene la derecha en personas como Sebastián Piñera (aunque hasta por ahí no más…). Todas sus vacas sagradas se han derrumbado. Lagos ya no tiene chance, porque fue identificado como el primer culpable por los vicios ocultos del Transantiago; Insulza se está matando solo en la OEA, mientras se olvida de la contingencia nacional y se hace el leso con lo que va sucediendo en el país; Bitar se ha convertido en un talibán, haciendo una defensa fanática y descarnada del círculo de hierro bacheletista, en una coartada que no tiene ni pies ni cabeza; Frei no merece comentarios; a la Alvear de concertacionista le queda el dedo chico del pie izquierdo. Así, el chileno medio no tiene una figura concertacionista identificable para ocupar en el futuro la primera magistratura, lo que lleva a ese mismo chileno medio a no vislumbrar la existencia de la Concertación al momento de las próximas elecciones.

- Las “cuentas felices”: A la izquierda le ha pasado la cuenta todo el tema del manejo de dineros gubernamentales, y la corruptela acumulada en los últimos 17 años ha ido estallando en parcialidades, cual bomba de racimo. Primero fue el caso coimas, que estalló a mediados del Gobierno de Lagos, pero cuya sentencia salió recién ayer, con sendas condenas a los involucrados (salvo Tombolini, que salió libre de polvo y paja); por otra parte, están saliendo las primeras sentencias de término en las aristas MOP, y la ministra Gloria Ana Chevesich acaba de condenar a Matías de la Fuente, sobrino de Lagos, por falsificación de instrumento público y uso del mismo; y por otra parte, aparecen los descalabros de Chiledeportes, por los que el gobierno de la Bachelet se ha visto bastante apremiado. Así las cosas, los partidos se han visto divididos entre escandalizados y justificadores, lo que no ha hecho sino minar las bases de hermandad que unió a la antigua Conceración de Partidos por el No.

Como hemos visto, la conjunción de todos estos factores no ha hecho sino generar odios entre las diferentes facciones de la Concertación,que amenaza todos los días con descalabrarse de un momento a otro, y que sufre la fuga de sus elementos por causa del caos que se ha generado. Primero, un Zaldívar y sus boys que amenaza con dejar la Concertación si no se hacen las cosas a su pinta; luego, un Flores y un Schaulsohn que se alejan definitivamente de la coalición buscando nuevos rumbos y restando a la misma de valiosas filosofías (y valiosos dividendos, ya que ambos son empresarios poderosos que aportaban su jugosa chequera a la mesa Té Club de la Concerta); después, aparece una Soledad Alvear diciendo que esta situación de incertidumbre “no da para más”; y finalmente hoy, luego de la votación para aprobar el informe Chiledeportes, la Concertación tira la posibilidad de olvidar el tema por la borda por una peleíta de nada, y aparecen los Ominamis y los Rossis diciendo que este “es el fin de la Concertación”.

“Tú lo has dicho Judas, tú lo has dicho”, como dijo don Jechu en la Última Cena. Por fin Fulvio Rossi le achunta a una. Este es, literalmente, el fin de la Concertación. Y aunque en los papeles y frente al país seguimos tan amigos como siempre, por dentro no hay duda que la coalición esta es un cadáver. Y con harta necrosis. En rigor mortis literalmente.

Sin embargo, hay una posibilidad que resucite, aunque de una forma muy diferente a la que conocemos. Por lo menos sin la DC, que no está ni ahí con seguir en el mismo baile y que siempre, desde sus inicios, ha tenido afanes independentistas, además de haberse sumado a la coalición por meras consideraciones circunstanciales, como fue el hecho de sumar fuerzas contra el Gobierno Militar y sus afanes expansionistas a fines de los 80. Luego de ello, perdió su razón para mantenerse en el grupito.

Si la Concertación resucita, va a ser por obra y gracia del Espíritu Santo que va a ungir a algún iluminado para guiar los futuros de nuestra patria por el cuadrienio subsiguiente. Pero hasta el momento, su muerte es un hecho practicamente consumado, y su certificado de defunción será rubricado el día que pierdan las elecciones presidenciales de 2009, camino al que están yendo inexorablemente, mientras la Alianza, aún haciendo las cosas mal y siendo desorganizados y egoístas como son, especialmente estos sujetillos desharrapados de la UDI como Longueira y Novoa, que a mi parecer no le han ganado a nadie, han sacado dividendos políticos jugosísimos, que ponen al futuro abanderado de sus filas en primera pista para alcanzar la primera magistratura.