¡Me uno al clamor popular, a la voz del pueblo, y hoy, 21 de agosto de 2008, fundo solemnemente el SUDIPA, para proveer a las necesidades de nuestros parlamentarios! La indignidad y la pobreza debemos vencerlas desde la cima, por lo que me pliego completamente a la justa y racional demanda de nuestros parlamentarios para que sus sueldos sean reajustados, y se les concedan un cupo superior para gastos de representación y de bencina.
Encuentro ignominioso y atentatorio contra la dignidad de tan altas autoridades que se les pague la miseria de 4 millones de pesos, que no alcanza ni para comer para gentes tan dignísimas… ¿cómo va a pagar Girardi sus ternos Dior? ¿Cómo Jovino Novoa le va a echar bencina a su humilde meche con esa miseria? ¿Cómo va a financiar la Karlita Rubilar la campaña de reelección de su mamá? Es injusto, no hay derecho.
¿Cómo es posible que tengan un bono de bencina de $700 mil mensuales? ¿Cómo van a cumplir sus abnegadas labores durante las semanas distritales? ¿Cómo van a llegar en sus austeros autos a las poblaciones que representan? Y lo peor de todo… ¿con qué plata van a sacar a pasear a sus familias los fines de semana? Eso es privar del mismísimo derecho a la diversión a una persona, y más encima de tan altas dignidades.
No puedo creer que nuestros honorabilísimos diputados perciban, para pagar a sus secretarias, la modesta suma de 2 millones y medio de pesos ¿acaso no piensan en esas mujeres? Mujeres que mantienen una familia y que trabajan abnegadamente para los señores diputados… imagínense, 10 mujeres por parlamentario que se sacan la mugre por agradar a sus jefes, a un miserable sueldo de 250 mil pesos mensuales, qué vergüenza… porque ese es el número de secretarias que necesita un diputado, ¿qué creían? ¿y quién les hace el café, les lustra los zapatos, les cepilla la chaqueta, les plancha el pantalón, les prepara sus papelitos y les compra la despensa?
No me cabe en la cabeza que personas de tan heroico valor y comprobadísima probidad, que ostentan un cargo honorífico en virtud de la democracia, tengan solamente gastos de representación que alcanzan un par de millones de pesos… ¿cómo mandan cartas, asisten a eventos, financian campañas y ayudan a sus votantes?
Estos hombres y mujeres, en un acto de humildad permanente y suprema, se abstienen de modificar su sueldo, porque, de forma altruista y caritativa, se sienten indignos de la tan alta labor a la que han sido llamados por el pueblo… yo sé lo que sienten en sus corazones, que este es, en esencia, un cargo ad honorem, de ascendiente y dignidad, por lo que se avergüenzan profundamente de recibir dinero para su ejercicio… sin embargo, para no decepcionar al pueblo, lo hacen, de modo de beneficiar y profundizar los procesos democráticos.
Por eso, me siento profundamente ofendido por la airada reacción de la opinión pública en el día de ayer, en virtud de la cual los medios de comunicación criticaron, sin razón plausible alguna, el justo aumento que los diputados se asignaron para concurrir a sus gastos de combustible, de modo de evitar empobrecerse más de lo que ya lo han hecho. Y nuestros parlamentarios, humildes, sencillos, imbuidos de santa modestia, han optado por prescindir de esos dineros, de modo de no ofender a nadie con sus tan nobles actitudes, y están dispuestos a seguir solventando desde sus ya medrados peculios los gastos que les irrogue el servicio al pueblo de Chile. ¡Qué ejemplo de nobleza! ¡Aprendan chilenos, aprendan!
En defensa de estos nobles intereses, hagamos fuerza popular para que nuestros parlamentarios tengan sueldos dignos, por el bien de Chile y sus habitantes… seamos sinceros, nadie puede vivir dignamente con una suma tan miserable como nueve millones de pesos, y ellos, por su altruismo y bondad, no se atreven a alegar de su miseria… tal es su bondad, defendámosla, y premiémoslos por su noble labor. He dicho.
Encuentro ignominioso y atentatorio contra la dignidad de tan altas autoridades que se les pague la miseria de 4 millones de pesos, que no alcanza ni para comer para gentes tan dignísimas… ¿cómo va a pagar Girardi sus ternos Dior? ¿Cómo Jovino Novoa le va a echar bencina a su humilde meche con esa miseria? ¿Cómo va a financiar la Karlita Rubilar la campaña de reelección de su mamá? Es injusto, no hay derecho.
¿Cómo es posible que tengan un bono de bencina de $700 mil mensuales? ¿Cómo van a cumplir sus abnegadas labores durante las semanas distritales? ¿Cómo van a llegar en sus austeros autos a las poblaciones que representan? Y lo peor de todo… ¿con qué plata van a sacar a pasear a sus familias los fines de semana? Eso es privar del mismísimo derecho a la diversión a una persona, y más encima de tan altas dignidades.
No puedo creer que nuestros honorabilísimos diputados perciban, para pagar a sus secretarias, la modesta suma de 2 millones y medio de pesos ¿acaso no piensan en esas mujeres? Mujeres que mantienen una familia y que trabajan abnegadamente para los señores diputados… imagínense, 10 mujeres por parlamentario que se sacan la mugre por agradar a sus jefes, a un miserable sueldo de 250 mil pesos mensuales, qué vergüenza… porque ese es el número de secretarias que necesita un diputado, ¿qué creían? ¿y quién les hace el café, les lustra los zapatos, les cepilla la chaqueta, les plancha el pantalón, les prepara sus papelitos y les compra la despensa?
No me cabe en la cabeza que personas de tan heroico valor y comprobadísima probidad, que ostentan un cargo honorífico en virtud de la democracia, tengan solamente gastos de representación que alcanzan un par de millones de pesos… ¿cómo mandan cartas, asisten a eventos, financian campañas y ayudan a sus votantes?
Estos hombres y mujeres, en un acto de humildad permanente y suprema, se abstienen de modificar su sueldo, porque, de forma altruista y caritativa, se sienten indignos de la tan alta labor a la que han sido llamados por el pueblo… yo sé lo que sienten en sus corazones, que este es, en esencia, un cargo ad honorem, de ascendiente y dignidad, por lo que se avergüenzan profundamente de recibir dinero para su ejercicio… sin embargo, para no decepcionar al pueblo, lo hacen, de modo de beneficiar y profundizar los procesos democráticos.
Por eso, me siento profundamente ofendido por la airada reacción de la opinión pública en el día de ayer, en virtud de la cual los medios de comunicación criticaron, sin razón plausible alguna, el justo aumento que los diputados se asignaron para concurrir a sus gastos de combustible, de modo de evitar empobrecerse más de lo que ya lo han hecho. Y nuestros parlamentarios, humildes, sencillos, imbuidos de santa modestia, han optado por prescindir de esos dineros, de modo de no ofender a nadie con sus tan nobles actitudes, y están dispuestos a seguir solventando desde sus ya medrados peculios los gastos que les irrogue el servicio al pueblo de Chile. ¡Qué ejemplo de nobleza! ¡Aprendan chilenos, aprendan!
En defensa de estos nobles intereses, hagamos fuerza popular para que nuestros parlamentarios tengan sueldos dignos, por el bien de Chile y sus habitantes… seamos sinceros, nadie puede vivir dignamente con una suma tan miserable como nueve millones de pesos, y ellos, por su altruismo y bondad, no se atreven a alegar de su miseria… tal es su bondad, defendámosla, y premiémoslos por su noble labor. He dicho.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario