lunes, 28 de mayo de 2007

Bienvenidos a la dictadura


Después de 52 años de transmisiones, finalmente anoche, luego de todos los intentos por revertir la situación, cerró sus transmisiones Radio Caracas Televisión, el canal de televisión más antiguo de Venezuela, y que en estos días se ha convertido en el emblema de la libertad de prensa mundial luego de su abrupto y arbitrario fin.

Chávez lo hizo de nuevo, y sin morbo alguno, sin respeto ninguno por la democracia y por la libertad de prensa, CERRÓ sin más ni más el canal de televisión. Y digo bien claro cerró, ya que este dictador de siete suelas y sus lacayos han insistido en que no se cerró, sino que no se renovó la concesión. Eso es una falacia socialista para justificar la atrocidad que han cometido. Primero, se aprovechó de una coyuntura temporal, como era el proceso de renovación de concesiones de señales radiofónicas, para acusar a RCTV de “golpista y autoritaria” (buena, el choclo con más granos…), para luego negar la concesión y posteriormente confiscar las antenas de la televisora para instalar un nuevo canal, la Fundación de Televisión Venezolana Social (TVes), donde pretende instalar sus perniciosos contenidos marxistas en los ojos de la gente, sin intermediarios. Y todo ello, porque la línea editorial del canal no se condecía con los objetivos de su pseudorrevolución marxista leninista.

Así las cosas, no nos queda sino constatar, que con este paso, el gobierno de Hugo Chávez ha pasado a constituirse formalmente en una dictadura, sin eufemismos de ninguna especie, pasando ya directamente a la fase 2 de la dictadura tipo, vale decir, suprimir las libertades personales y las garantías inherentes a toda persona humana (la fase 1 fue dejar a su gobierno sin oposición).

Los derechos garantidos por todas las constituciones y tratados internacionales, que además son la manifestación más pura de los derechos naturales que tienen todas las personas por el hecho de ser tales, se manifiestan como un conjunto cohesionado de preceptos protectores de la colectividad tanto como del individuo. De ello se colige que la restricción de uno afecta el ejercicio de todos los demás. La conculcación de la libertad de prensa del caso en comento conduce indefectiblemente a la desaparición de la libertad de información, además de afectar el derecho de propiedad que goza(ba) el canal sobre sus transmisiones, que conculca el derecho mismo en su contenido más profundo, porque con tan arbitraria medida no queda opción para los empresarios venezolanos y extranjeros avecindados en el pais que echarse a temblar y quedarse callados, para no enojar al dictador, que puede expropiar sus empresas si no le gustan sus opiniones o políticas, lo que además coarta la libertad de expresión de todos los venezolanos, que se ven amenazados por las burdas medidas del caudillucho este. Y no se olviden de esto, porque lo que sigue ahora son las multinacionales, porque “se aprovechan de los recursos del pueblo” (!), y después los ricos, “porque se burlan del pueblo con sus comodidades” (!!).

Y por supuesto, aquí en Chile nadie se queja, todos callan, y hasta hay ridículos que lo celebran, como el senador socialista Alejandro Navarro, diciendo que era un canal “golpista y que amenazaba al gobierno”. Honorable senador Navarro, hay dos opciones: a) Ud. es estúpido (bastante probable); o b) A Ud. le paga Chávez (cosa que no me extrañaría a estas alturas). ¿Acaso no se acuerda de lo que fue la conculcación de la libertad de prensa en Chile? Ah claro, difícil, de veras que usted estaba exiliado, tomando sol en alguna playita extranjera mientras eran los que vivían aquí los que se manyaban completitas las prohibiciones y los toques de queda. Lo invito a visitar su mugroso paraíso marxista, para que vea lo que es en verdad, un peladero de pobreza y esclavitud. Su amigui Chávez ha esclavizado a Venezuela.

Pero bueno, siguiendo en la línea de lo que quería comunicar, nadie se ha manifestado claramente respecto a esto. Hoy en la mañana, en la Cooperativa, Camilo Escalona repudió el hecho, pero no fue enfático en llamar a la presidenta y al legislativo a repudiar por escrito los actos arbitrarios de Chávez, que no sólo afectan a su país, sino que a toda Latinoamérica, haciéndola retroceder pasos gigantes en el camino al desarrollo, volviendo a fojas cero todo el esfuerzo llevado a cabo por los gobiernos progresistas del continente luego de la Guerra Fría. La Señora Presidenta tiene el deber moral de manifestarse en contra de estos actos, y más aún toda la Concertación, que se vanagloria y se duele de haber sufrido con lágrimas de dolor las privaciones del Gobierno Militar, y repitiendo una y otra vez que no se las desean a nadie. Ahora lleven eso al papel y aleguen, los chilenos nos merecemos esto: Chile tiene la obligación de llevar este tema a todos los foros internacionales en que participe, para que pueda efectivamente ser un cooperador eficaz en la lucha porque la democracia alcance plenamente a todos los pueblos del orbe. Un país hermano está siendo torturado por un dictador sediento de poder, no nos podemos amilanar ante esto, y se debe hacer causa común con toda América y el mundo para proteger la democracia venezolana.

La OEA, comandada por Insulza, debe endurecer su posición: hay que parar al tirano de una vez por todas, detener esta farsa y devolver a Venezuela al sitial de honor que le corresponde en nuestro continente, que más que nunca se debe destacar en sus valores democráticos para llegar al desarrollo.

En tanto, esperaremos el día en que Radio Caracas Televisión pueda reanudar sus transmisiones en un país libre, donde los derechos de las personas sean efectivamente inalienables y donde se respire la libertad que Simón Bolívar, prócer que se debe revolcar en su tumba cada vez que Chávez lo nombra, soñó y quiso para Sudamérica.

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